Las propiedades fisicoquímicas de un material se refieren a sus atributos inherentes exhibidos bajo acciones físicas y químicas, que determinan sus características esenciales. El rendimiento del proceso (o rendimiento tecnológico) se refiere a la capacidad de un material para adaptarse a diversos métodos de procesamiento y fabricación, influyendo directamente en la fabricabilidad y el costo de los productos.
Las propiedades fisicoquímicas son inherentes al material en sí y son independientes del procesamiento. Se clasifican principalmente en propiedades físicas y propiedades químicas.
Estas reflejan la respuesta del material a las acciones físicas (por ejemplo, fuerza, calor, luz, electricidad, magnetismo) y sirven como base fundamental para la selección de materiales.
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Propiedades térmicas: Características relacionadas con los cambios de temperatura
- Punto de fusión/Punto de solidificación: La temperatura a la que un material pasa de sólido a líquido (o viceversa). Por ejemplo, el punto de fusión del acero es de aproximadamente 1538°C, lo que define el rango de temperatura para su trabajo en caliente.
- Conductividad térmica: La capacidad del material para transferir calor. El cobre tiene una alta conductividad térmica (~401 W/(m·K)) y es adecuado para componentes de disipación de calor; el algodón aislante térmico tiene baja conductividad térmica y se utiliza para el aislamiento térmico.
- Coeficiente de dilatación térmica: La tasa de cambio dimensional de un material con la temperatura. Por ejemplo, los coeficientes de dilatación térmica del vidrio y el metal deben coincidir para evitar grietas durante el embalaje.
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Propiedades eléctricas: La respuesta del material a la corriente eléctrica
- Resistividad: Mide la conductividad del material (baja resistividad para conductores como el cobre; alta resistividad para aislantes como el caucho; resistividad intermedia para semiconductores como el silicio).
- Constante dieléctrica: Caracteriza la capacidad del material para almacenar energía eléctrica, utilizada para seleccionar condensadores y materiales aislantes (por ejemplo, la cerámica tiene una alta constante dieléctrica y es adecuada para condensadores de alta frecuencia).
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Propiedades ópticas: La interacción entre el material y la luz
- Transmitancia de la luz: La proporción de luz transmitida a través del material (por ejemplo, el vidrio tiene una transmitancia >80% para ventanas; las películas plásticas tienen una transmitancia ajustable para invernaderos agrícolas).
- Reflectividad/Absortividad: Los espejos tienen alta reflectividad, mientras que los recubrimientos en los paneles solares tienen alta absortividad para mejorar la eficiencia de la conversión fotoeléctrica.
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Propiedades magnéticas: La respuesta del material a los campos magnéticos
- Tipos magnéticos: Clasificados como ferromagnéticos (por ejemplo, hierro, níquel, atraídos por imanes), paramagnéticos (por ejemplo, aluminio, débilmente atraídos) y diamagnéticos (por ejemplo, cobre, débilmente repelentes), utilizados en motores y dispositivos de almacenamiento magnético.
Estas reflejan la estabilidad del material en entornos químicos, es decir, su capacidad para resistir la corrosión, la oxidación y las reacciones químicas.
- Resistencia a la corrosión: La capacidad del material para resistir la erosión por medios químicos como ácidos, álcalis y soluciones salinas (por ejemplo, el acero inoxidable resiste la corrosión atmosférica; las aleaciones de titanio resisten la corrosión del agua de mar y se utilizan en componentes de barcos).
- Resistencia a la oxidación: La capacidad del material para resistir la reacción con el oxígeno a altas o bajas temperaturas (por ejemplo, las superaleaciones resisten la oxidación en los motores para evitar el desprendimiento de la superficie).
- Estabilidad química: La característica del material de no reaccionar con las sustancias en contacto (por ejemplo, el politetrafluoroetileno, conocido como "resistente a todos los productos químicos", se utiliza como revestimiento para tuberías químicas).
El rendimiento del proceso se refiere a la capacidad de un material para adaptarse a los procesos de fabricación. Determina directamente "si el procesamiento es posible", "la dificultad del procesamiento" y "la tasa de rendimiento", y es una consideración clave para la selección de materiales en la producción industrial.
Los dos interactúan y determinan conjuntamente los escenarios de aplicación del material:
- Las propiedades fisicoquímicas definen el límite superior del rendimiento del proceso: Por ejemplo, los materiales con alto punto de fusión (por ejemplo, tungsteno, punto de fusión 3422°C) son difíciles de fundir (requieren temperaturas extremadamente altas) y solo se pueden procesar mediante metalurgia de polvos; los materiales frágiles (por ejemplo, cerámica) tienen un rendimiento de procesamiento por deformación deficiente y solo se pueden formar mediante sinterización.
- El rendimiento del proceso afecta la realización de las propiedades fisicoquímicas: Por ejemplo, el tratamiento térmico puede cambiar la estructura interna de un material, ajustando así sus propiedades mecánicas (por ejemplo, el acero 45 exhibe una mayor dureza y resistencia, con una plasticidad ligeramente reducida, después del enfriamiento y revenido); la velocidad de enfriamiento durante la fundición afecta el tamaño de grano de las piezas fundidas, lo que a su vez cambia su resistencia a la tracción y resistencia a la corrosión.